¡Hola! me llamo Lucía Heras Romero, soy de Albacete donde estudié un ciclo de grado medio de Gestión Administrativa en el IES Federico García Lorca de turno de mañanas, durante dos años, y os voy a contar mi experiencia en Dublín, Irlanda gracias al proyecto “Erasmus FP García Lorca”.
Cuando entré al instituto lo primero que me llamó la atención fue el cartel gigante que está en la entrada del mismo con la palabra ERASMUS+ en grande, que corresponde al proyecto, sobre el que nos explicaron los profesores responsables, Jesús y Elisa, a mediados de comenzar el curso, y en el cual me interesé nada más escucharlos hablar de esta experiencia de trabajar y aprender el idioma en un país extranjero.
¡No podía perder esta oportunidad!, no me imagina que podría llegar a estar hoy escribiendo este artículo desde Irlanda.
Este proyecto está enfocado para los alumnos de segundo año, pero empiezan a darte información y detalles del proyecto a mitad del primer
curso. A partir de ahí si te decides en venir tendrás que pasar unas pruebas específicas para poder conseguir tu plaza. Son 3 pruebas: la primera es referente a tus notas del primer curso, la segunda consta de una prueba en el idioma del país que has elegido, por ejemplo, si has decidido ir a Irlanda tendrás que hacer la prueba en inglés; y la tercera y última prueba, es una entrevista personal en español, donde te preguntan entre otras cosas cómo crees que te desenvolverás en el país.
Es el llamado proceso de selección el cual pasamos con muchos nervios todos los candidatos y esperamos con ansias el resultado.
Cuando llegamos a Dublín, fuimos directamente al alojamiento con Elisa y Jesús, que previamente nos lo habían reservado mediante una inmobiliaria que trabaja con el proyecto. El alojamiento tiene una ubicación estupenda, ya que nos hospedamos en Dublín 1, al lado del centro. Hacía un clima fantástico los primeros días, no llovía, raro de Irlanda porque aquí casi todos los días está lloviendo, incluso si hace sol.
Al día siguiente fuimos acompañados por los profesores a presentarnos a las empresas donde íbamos a realizar las prácticas estos tres meses.
Después de las presentaciones en nuestras respectivas empresas fuimos a tomar una cerveza al típico y famoso bar de Dublín, “The Temple Bar” donde había música en directo y un ambiente muy amigable.
Yo realicé las prácticas en Oxfam, en una tienda situada en el distrito de Dundrum. Oxfam Dundrum se encuentra en Dublín 14, ya que aquí los llamados “barrios” de España se denominan distritos. Para llegar hasta Dundrum desde mi alojamiento tengo que coger el «Luas«; Luas es el tranvía que recorre con mayor facilidad que un autobús las largas distancias de Dublín.
Como os comentaba antes, estuve haciendo las prácticas en Oxfam Dundrum. Oxfam es una tienda de caridad donde la gente dona ropa, libros, zapatos, etc, para después venderla y con el dinero recaudado va dirigida a los países más necesitados. Después de las donaciones de la gente, por ejemplo con la ropa, la clasifican para ver si está en buen estado y si es así, se plancha, se le pone precio y lista para vender.
Mi manager se llama Elisabet García. Eli, es la persona que ha estado siguiendo todo mi proceso durante estos tres meses y me ha ayudado en todo lo que estaba en su mano. Aquí, me gustaría destacar también el trato que he recibido por todas las voluntarias que trabajan en Oxfam, pero sobre todo, el trato recibido por Brenda, que muy pronto hicimos mucha amistad.
Hablando sobre la calidad de vida de Irlanda, aquí es bastante más caro que en España, pero esto se debe también a que el salario mínimo es mucho mayor que el de España.
A modo curioso, Irlanda tiene puesto un impuesto sobre las bebidas azucaradas, por ejemplo, aquí una Coca-Cola de dos litros cuesta casi cuatro euros, cuando en España apenas llega a los tres euros, el tabaco también es caro, cuesta aproximadamente unos quince euros. Por así decirlo “los vicios” salen caros.
En cuanto a la estética del país, Irlanda es preciosa.
Tiene lugares increíbles y lo mejor de todo es que tiene mucho verde ¡muchísimo! y es una de las cosas que se agradece, porque puedes disfrutar de la naturaleza de una forma diferente.